En el presente trabajo se recogen algunos eventos medioambientales asociados
a los cambios tecnológicos en diferentes etapas del desarrollo socio-económico
de la humanidad que han sido responsables en alguna medida de la crisis actual.
Se subraya cómo el desarrollo de determinados patrones culturales de la
civilización ha sido responsable de los impactos negativos al medio ambiente.
Se destaca el papel que ha tenido la cultura occidental en la situación
medioambiental mundial, y del desarrollo sostenible como nuevo modelo de
crecimiento. El contenido tratado tiene la intención de contribuir a la
sensibilización de todos los actores sociales del medio ambiente en la necesidad
de desplegar acciones educativas a favor de su cuidado y protección.
Introducción
El medio ambiente es una definición que ha tenido un carácter dinámico desde
su consideración como tal, en la Conferencia de Estocolmo (1972). En Cuba, según
la Ley 81 que aparece en la Gaceta Oficial de la República(1997), es considerado
un “sistema de elementos abióticos, bióticos y socioeconómicos con que
interactúa el hombre, a la vez que se adapta al mismo, lo transforma y lo
utiliza para satisfacer sus necesidades” (Mc Pherson, et al., 2004, p. 299)
En lo sucesivo, para una mejor comprensión de la evolución de los problemas del
medio ambiente, es pertinente hacer algunas consideraciones con relación a una
característica del concepto: el carácter de sistema, que se refiere a un
conjunto de elementos en interacción, que pudiendo ser dividido en partes,
adquiere entidad en su integración (Novo, María, 1998)
En el sistema medio ambiente, como cualquier otro, se distinguen componentes en
distintos estados, con características inherentes al proceso de evolución
natural, social o tecnológica que han experimentado, y una estructura que está
determinada por las relaciones que posibilitan las interconexiones entre los
componentes (Novo, 1998; CITMA: Protección Ambiental y Producción más Limpia,
2006)
Siendo así, resulta obvia la compleja red de relaciones existentes, aunque cada
una de estas está matizada por la posición del hombre como sujeto en ese sistema
de relaciones.
La interacción hombre-medio, en su más amplia expresión, puede concebirse
como el aprovechamiento por el hombre de las condiciones y recursos de la
naturaleza, para satisfacer sus necesidades, cuestión esta que se materializa a
partir de la transformación del mono en hombre.
“El trabajo, señaló Marx, es, en primer término, un proceso entre la naturaleza
y el hombre, proceso que éste realiza, regula y controla mediante su propia
acción su intercambio de materias con la naturaleza” (Citado por Frolovc en el
libro La Sociedad y el Medio Ambiente, 1981, p. 14). “... hasta cierto punto,
ponderó éste, debemos decir que el trabajo ha creado el propio hombre” (Marx,
1971 versión, p. 74).
Los vínculos y las relaciones sociales que los hombres contraen entre sí para
producir, le permiten conectarse con la naturaleza, a la vez que se verifica la
unidad dialéctica hombre-naturaleza, que se efectúa desde que el trabajo
posibilitó el tránsito del hombre al estado social. En la medida que se
clarificaba su conciencia, fue cambiando el modo de relación del hombre con el
mundo, que al poner en práctica sus ideas creadoras, empezó a transformar o
cambiar la naturaleza.
Esto significó un proceso largo de aprendizaje, que le permitió inicialmente,
usar los elementos naturales como instrumentos. El manejo de objetos naturales,
fue típico de los llamados hombres-monos o primigenios que existieron en el
período de transición entre la era Terciaria y los inicios de la era Cuaternaria
(Engels,1979 versión; Niéstorj,1984)
Esta actividad se fue perfeccionando con el desarrollo ulterior del cerebro,
hasta alcanzar su pleno desarrollo con el advenimiento de los hombres de Cro-Magnon
(hombre nuevo) Sin lugar a dudas, con la aparición del hombre nuevo, el equipo
instrumental se comenzó a diversificar y se hizo cada vez más complejo, proceso
que hasta nuestros días se perfecciona continuamente (Engels, 1979 versión).
La fabricación de instrumentos es un proceso específicamente humano y fue, sin
dudas, el que permitió el nacimiento de la tecnología y la civilización humana,
teniendo sus matices propios en cada momento histórico concreto, dados por el
modo de relación entre el hombre y la naturaleza a través de un determinado
sistema tecnológico. Dicho intercambio se efectúa sobre la base de relaciones
que garantizan la unidad dialéctica hombre-naturaleza.
La influencia tecnológica en el medio ambiente a través del proceso de
desarrollo de la sociedad está marcada por dos elementos claves: el instrumental
y la propia creencia del hombre sobre el progreso.
Cambios en el medio ambiente con el desarrollo del sistema instrumental del
nomadismo.
Muchos espacios del planeta donde la vegetación que predomina son las hierbas,
deben su existencia al fuego que provocaron antiguas civilizaciones con motivo
de subsistencia, que son testimonio de las modificaciones que introducían en su
medioambiente natural.
La caza y la recolección silvestre que se desarrollaba, provocaron de manera
excepcional la pérdida de algunas especies vegetales y animales. El desarrollo
de una tecnología extraordinariamente rudimentaria en los albores de la
humanidad, hacía a los hombres muy dependientes de la naturaleza (CITMA. Curso
de Introducción al Conocimiento del Medio Ambiente, sf [MA])
La interacción con el medio ambiente estaba reducida al consumo directo de las
condiciones naturales. El hombre primitivo, citado el la obra El Origen del
Hombre, según Lenin, se hallaba totalmente “abrumado por el peso de la
existencia, por las dificultades de la lucha contra la naturaleza” (Niéstorj,
1984, p. 312)
Cambios en el medio ambiente con el desarrollo del sistema instrumental propio
del sedentarismo.
Esclavismo y feudalismo.
El surgimiento de la agricultura y la ganadería suprimió el carácter, hasta ese
momento existente, de la relación del hombre con el medio ambiente, lo que sentó
las bases para el perfeccionamiento del sistema tecnológico para la siembra y el
cultivo de especies vegetales y la domesticación (Engels, 1979 versión; Ob. cit.
[MA])
Las alteraciones de la naturaleza fueron notándose cada vez más, pues al roturar
espacios vírgenes se requería de la tala y la quema de los bosques, lo que unido
al fomento de la ganadería incidió en el deterioro de los suelos y en la pérdida
de la vegetación natural; además, el desarrollo de la agricultura marcó la
expansión de las comunidades humanas sobre el espacio geográfico.
Con el devenir de los años, el sistema instrumental se fue desarrollando con el
labrado y fundición del hierro, en tanto fueron apareciendo problemas más serios
que tenían que ver con la intensificación de la explotación de la naturaleza.
El surgimiento de las ciudades agregó otros problemas ambientales, que se fueron
haciendo marcadamente visibles en la salud humana, como los del tipo
higiénico-sanitario. En un principio, y en los umbrales de las sociedades
clasistas, los impactos en el medio ambiente tenían un carácter local o
regional, y las soluciones estaban asociadas a cambios tecnológicos.
Capitalismo. El dominio de la cultura moderna.
Con el advenimiento del capitalismo en Europa, la tecnología se acrecentó como
resultado del gradual desarrollo que fue experimentando la ciencia. Este proceso
de desarrollo de esta y la tecnología sentó las bases para el inicio de una
creciente explotación de los recursos naturales, principalmente los no
renovables y su consecuente manifestación en la salud humana (Colectivo de
autores. IEMRI la AC de la URRS Problemas Globales [PG], 1984)
El aumento de la producción a gran escala y su concentración monopolista,
condicionó el desarrollo de numerosos procesos dañinos al medio ambiente, el
deterioro de los recursos naturales e históricos-culturales y una urbanización
desmedida, incrementándose el deterioro de las condiciones de saneamiento y de
calidad de vida, los que alcanzaron su mayor colofón a fines de la década del
sesenta del siglo XX.
Por otra parte, se produjo una mejoría en las condiciones de vida que se
manifestó en un impresionante crecimiento de la población, junto con el aumento
de las necesidades humanas. A todo ello se asocia el desarrollo y la expansión
de la cultura consumista del capitalismo, y la intensificación de la explotación
de los recursos naturales (McPherson, 2004)
Los problemas del medio ambiente son, más que el resultado de las relaciones
del hombre con la naturaleza, el resultado de la acción de la sociedad sobre la
naturaleza; principalmente un tipo de sociedad humana conocido hoy como
'civilización occidental'.
Creencia sobre el progreso: una tecnología que daña el medio ambiente.
El desarrollo ha sido analizado históricamente como sinónimo de progreso, sin
embargo, este ha generado simultáneamente la crisis ambiental contemporánea,
caracterizada por su amplitud planetaria y su ocurrencia bajo el paradigma de
producción y consumo que ha gobernado a la humanidad.
Este modelo está basado en la equivalencia insostenible entre desarrollo y
crecimiento económico ilimitado, y sostiene la visión de que el proceso de
desarrollo se alcanzaría al conquistar, someter y dominar a la naturaleza
salvaje.
Siempre se había pensado que los recursos eran infinitos y no se incluían en su
explotación variables ambientales para medir el impacto, que a la larga implica
grandes costos. “No debemos, sin embargo, - dijo Engels, refiriéndose al papel
del trabajo en la transformación del mono en hombre - lisonjearnos de nuestras
victorias humanas sobre la naturaleza. Esta se venga por cada una de las
derrotas que le inferimos” (Engels, 1979 versión, p. 151)
En la evolución del planeta se han sucedido varias crisis ambientales por causas
naturales (MINED. Curso de Geografía Universal, sf); actualmente asistimos a una
que tiene sus orígenes en la acción antrópica, siendo evidente su existencia en
la manifestación de los problemas ambientales de carácter global. Al mismo
tiempo, los impactos más significativos han ocurrido en las últimas décadas, lo
que demuestra que se están superando las posibilidades de restablecimiento del
medio natural.
Algunos justifican la inexistencia actual de una crisis ambiental, alegando
que muchas de las catástrofes que ocurren pueden ser adsorbidas por el planeta,
y que la existencia de epidemias, y de grandes y devastadoras guerras actúan
como herramientas de la evolución y que atenúan el crecimiento de la población
(Cuello, Josep y Tola, José, 1996);criterio, este último, que no se comparte
porque justificaría la permanencia de los grandes problemas sociales y es una
barrera para la implementación del desarrollo sostenible.
En todo este proceso de deterioro tiene una gran incidencia el proceso de
globalización erguido sobre los avances científico-técnicos y las corrientes
neoliberales en muchas áreas geográficas, las que promueven el libre mercado, el
aumento de la productividad, de la producción y el consumo, para el bienestar
solamente de la minoría, a expensas del aumento de las presiones sobre el medio
ambiente (Novo, 1998) Este es el modelo desarrollista que se está exportando a
los países en vías de desarrollo.
La globalización de la economía mundial, se escribe en un número de la
revista Cuba Socialista, es la promotora de los modos y maneras de destruir el
medio ambiente (Martínez, Osvaldo en Cuba Socialista, 1996) Ella impide, por su
propia naturaleza, la equidad, y produce un incremento de la pobreza.
Hoy estos problemas se han multiplicado y en muchos casos, regiones o países
enteros sufren las consecuencias. De modo que los problemas ambientales pasaron
de una escala de manifestación local, a las escalas regionales y,
principalmente, global.
La desertificación; la deforestación; las lluvias ácidas, y otras formas de
deterioro ambiental como la pobreza, el analfabetismo, la insuficiente
cooperación científica y financiera, la droga, la superpoblación, el terrorismo,
el deterioro de paisajes naturales, obras arquitectónicas, museos y monumentos;
la utilización inadecuada de la ciencia y la tecnología; los conflictos bélicos;
la pérdida de recursos genéticos y el abuso de la tecnología médica; la difusión
de epidemias como el SIDA; el aumento de desechos; la discriminación racial y a
la mujer; el alcoholismo y el tabaquismo (Ob cit. [PG], 1984; Ayes, Gilberto N.,
2003 y 2006; Mc Pherson, 2004) son, entre otros ya referidos, dimensiones de los
problemas ambientales en sus diferentes escalas de manifestación espacial.
Todos ellos tienen una gran relación con los modelos de desarrollo que se
aplican, lo que fue señalado en el mencionado Informe «Nuestro Futuro Común»
(González, 1998; Novo, 1998; Ayes, 2003 y 2006) donde se formuló una propuesta
de acción basada en un nuevo concepto denominado “desarrollo sostenible”, el
cual promueve la armonía entre los seres humanos y entre la sociedad y la
naturaleza.
Este tipo de desarrollo se asume conforme está definido en la Ley 81 del
Medio Ambiente (Cuba), que dice:
es el proceso de elevación sostenida y equitativa de la calidad de vida de las
personas, mediante el cual se procura el crecimiento económico y el mejoramiento
social, en una combinación armónica con la protección del medio ambiente, de
modo que satisfagan las necesidades de las actuales generaciones, sin poner en
riesgo las de futuras generaciones” (Mc Pherson, 2004, p. 30)
Los inconvenientes que se presentan para la ejecución de este tipo de
desarrollo en el contexto mundial, donde dominan las condiciones del orden
económico internacional prevaleciente, condujeron a ECO-92 en Río de Janeiro,
Brasil, en junio de 1992, para meditar colectivamente sobre las relaciones
desarrollo-medio ambiente y establecer una alianza mundial nueva y equitativa, a
partir de nuevas formas de cooperación en todos los niveles.
Se destacó en tal sentido, el foro denominado Cumbre de la Tierra o Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), cuyos
resultados están plasmados en la Declaración de Río, donde se concretan varios
principios relacionados con el desarrollo sostenible, específicamente en la
Agenda 21, en la que se definieron las metas a alcanzar para el siglo XXI (Novo,
1998)
Además, se hace referencia a las causas determinantes de los cambios ecológicos:
la población, el consumo y la tecnología. También se enfatiza en la necesidad de
reducir los hábitos de consumo excesivos y con elevados niveles de desperdicios,
mediante el fomento de un desarrollo sostenible, que al propio tiempo sería la
vía para luchar contra la pobreza y la destrucción del medio ambiente (Novo,
1998)
En la mencionada Declaración, se proclamaron varios principios sobre el medio
ambiente y el desarrollo, entre ellos:
“… para llegar a un desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debe
ser parte integrante del proceso de desarrollo y no puede considerarse en forma
aislada...
… la mejor manera de tratar las cuestiones del medio ambiente - principio 10 -
es asegurar la participación de todos los ciudadanos involucrados, al nivel
adecuado...” (Ayes, 2003, p. 10 y 11)
En la actualidad, el mayor imperativo consiste en integrar factores económicos,
sociales y ambientales, para conservar el medio ambiente en las condiciones que
posibiliten la existencia de la especie humana, mediante la evaluación del
impacto ambiental que posibilite valorar las implicaciones de cada acto de
consumo sobre el medio ambiente.
El desarrollo sostenible implica generar patrones de consumo más eficientes y
aprovechar racionalmente los recursos naturales, sin embargo, “... las
respuestas dominantes del capitalismo a las crisis ambiental continúan estando
basadas en un tratamiento instrumental” ( Perrou, F: citado por Novo, 1998, p.
138)
Actualmente el consumo, como emblema del capitalismo, ha alcanzado niveles tan
elevados en algunos países que generan las llamadas 'enfermedades del consumo'.
Paralelamente, la pobreza no parece ser una imagen solo de los países del Tercer
Mundo, pues también en los países ricos abundan los indigentes. Ello supone que
el crecimiento no es sinónimo de desarrollo, ni un indicador de la felicidad
humana.
De ahí que la integración de factores económicos, sociales y ambientales y sus
indicadores básicos, son los que verdaderamente pueden expresar un nivel de
desarrollo real que no esté basado solo en el crecimiento de la producción.
Conclusiones
Cada civilización ha estado identificada por un sistema instrumental.
La ciencia y la tecnología alcanzaron su mayor esplendor en el capitalismo.
En las sociedades de consumo le atribuyen el papel fundamental del crecimiento
económico al sistema tecnológico.
El crecimiento económico desmedido sobre la base de la razón instrumental ha
estado ocasionando problemas irreversibles al medio ambiente.
El deterioro ambiental es un problema sociopolítico cuya solución exige una
nueva escala de valores y una nueva ética, profundamente humana y de dimensión
social.
La integración de factores económicos, sociales y ambientales son los que pueden
expresar un nivel de desarrollo real que no esté basado solo en el crecimiento
de la producción (desarrollo sostenible).
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Autor: Lic. Raúl Calvo Gómez, profesor asistente en la especialidad de
Geografía. Departamento de Ciencias Naturales.